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DUYT. DIARIO URGENTE Y TARDÍO. DÍA 5.

18 de abril de 2016

Día 5, un día corriente.

Diario querido de mi vida y de mi corazón:

Una lineas, a este ritmo y a estos pasos tan silenciosos. Además de urgente parecieras también super tardío. Lo sé. A veces me adormilo en el presente que transcurre, rápido, inesperado, inevitable, sucedido. Se (re)movió aquella linea por demás imaginaria que divide al mundo en dos. Se alteró en medio de los trazos de un sismógrafo para terminar arrojando que se trató de un terremoto. Mi amado Ecuador, línea en paralelo con todo.

No estoy pisando la linea ecuatorial en este momento. Me moví. Estoy a 3.190,46 km de distancia, de allí que sentí sólo la noticia, en mi caso de inmediato, pero como muchos me sentí allá.

Quedan las réplicas, una a una (re)mueven la sensación de lo que se vive cuando ocurren movimientos así, sacudones que estigmatizan. En los tiempos que elegimos la información moviliza, cual vibración, así cualquier evento cuenta con todo lo posible, valgan entonces las imágenes, las crónicas, el conteo, las anécdotas, lo que noticia sea. Todo pareciera serlo. Apremia el digerir, con dificultad, lo que sea. Es duro. Sabiendo los vicios informativos de los tiempos, es durísimo.

Estoy en medio de las procesiones internas que velan por la mortandad y el desastre, tragedia que emerge en segundos y moviliza la consciencia hacia lo experimentado. Adversidad con la que nadie cuenta pero que existe con las probabilidades que todas las leyes conjugan y que no son juego. Restar el drama, eso queda también, sin prescindir de la conmiseración y la emisión de amor. Las más fresca y útil noticia. Más aquel que acciona y bien reacciona a solidarizarse y mitigar el efecto de las consecuencias.

Ecuador, en turno, con sus volcanes activos en la inmensa linea de fuego, como México y su Popocatépetl, Uruguay con sus aireadas corrientes y su tornado. Hay zonas que parecieran no abandonar nunca la linea, la fila de pequeñas, grandes, públicas e intimas tragedias, silenciosas muchas que se apilan por miles de millones en almas a quienes nada ni nadie le asegura la bondad que existe si no la hacen posible.

Duele el duelo. Duele el dolor. Duele el dolo. Duele todo. Pesa un poco saber que pocos saben que nada es ni dolor, ni duelo, ni nada. El silencio y la bulla también pesan y duelen. Queda condolerse con entendimiento y fortaleza. Y seguir siempre. Ecuador es amado, lo sé.

Om Namaha Shivaya

Mataji Shaktiananda

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