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SAL DE ESTE SISTEMA HUMANO MENOR

12 de Julio de 2013

¿Te has preguntado dónde vives?
Es decir, ¿en qué parte del Universo?
¿De cuál Universo entre tantos?
¿Con qué colinda?
Y sería prudente también que te preguntaras si esto tiene algún propietario.
¿O es que acaso te sientes propietario tú?
¿En qué condición vives?
¿Has pagado algún arriendo que te extienda la propiedad para así hacerla propia?
¿O te la han prestado? ¿O te la están alquilando? –que es lo más probable-.
Pregúntate también qué clase, qué tipo de habitante, ciudadano, ser, eres.
¿Conoces las escalas?
Y no es que quiera generarte algún tipo de desconfianza, malestar o preocupación,
pero es que deberías saber ya tu condición, tu situación,
al menos tener una noción sincera de qué haces aquí.
Porque de saberlo, tendrías una ventaja. Y, lo que sería mejor, tendrías un plan.
Y te digo más: es que lo tienes y no lo conoces.
Ha pasado mucho tiempo.
Ni te imaginas.
Y hemos pasado mucho tiempo aquí.
Y nos hemos acostumbrado
cada vez más a estas formas.
Y quizás no te acuerdes,
pero hubo un momento en que todo
este espacio era nuestro.
Y todos los sabíamos.
Y nadie se peleaba ni discutía
por hacerle entender al otro esa condición.
Era así y ya.
Y cuando sabíamos eso, era distinto.
Ni te imaginas.
Ahora, cuando creemos que todo le pertenece a alguien,
sencillamente porque tiene,
hemos perdido la noción de lo que somos y hacemos.
Sólo nos ocupamos de tener,
incluso para poder vivir. Es así.
Si no tienes, si no cuentas con algo,
es poco probable que sobrevivas aquí.
Y de ahí que hemos tenido que armar
toda una estructura que responde
no solamente al Karma,
nos hemos tenido que esforzar
por generar algo más.
Y es a partir de allí cuando todo se ha convertido
en algo absolutamente peligroso.
Y escucha bien, porque te lo digo con responsabilidad: peligroso.
Dirás, en medio de tu alarma: ¿Peligroso para quién?
¿Y para quién más?
Para esto que eres. Para esto que quieres ser.
Para esto que ya sabe por qué está aquí, dónde vive y para qué.
Y que ha visto la peligrosidad en aquello de sentir esto propio,
sentir que esto es un préstamo y saber que debe pagar la renta, el alquiler, en este espacio.
Te preguntaré, como siempre:
¿Cuánto tiempo más?
¿Cuánto tiempo vas a demorar
para hacerte de ti mismo,
para cercenarte la memoria
y que no exista más para que te despojes,
te desprendas, te despejes de tu mente
y seas quien eres?
Y quizás,
dentro de lo que no comprendas,
creas que hablo con ingratitud.
Al contrario, me inunda la Gracia,
la Bondad, la que Es, la que de verdad existe.
Ya basta de preguntarnos quiénes somos con el oculto afán
de no descubrirlo nunca y de hacer poco.
Ya basta de desordenar
nuestros átomos confundidos
ante la experiencia que no es.
Por eso te digo,
y perdona que te lo digo desde aquí,
desde un oficio que tal vez no aceptas:
Sal de este sistema humano menor.
Y hazlo sin conflicto, sin exponerte, sin enjuiciar a nadie y menos a ti, pero sal.
Busca elevarte. Busca confiar, creer. Escapa de esta miseria.
Y verás y sabrás borrarlo todo, para que solo quede lo que sabes es lo más preciado,
lo más hermoso, lo único que es y también no es.
Y también lo sabes.
Om Namaha Shivaya

Mataji Shaktiananda

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