Si no me entiendes, perdona que te remita de alguna forma a lo que pudo ser.
Porque en lo que pudo ser, estás siendo.
Entonces, tan solo tendrías que saber hoy qué has hecho,
qué has venido creando.
Y es que cuesta llevar al ser humano hacia esa revisión,
tan acostumbrado como está a recrearse en su propia creación.
Es entonces cuando vemos al hombre jactancioso. Pero, ¿de qué?
Si tan solo se ha limitado a recrear su existencia en lo tan falsamente creado.
Y es que llega a más.
Es que llega a burlarse de quien despertó, sin saber que es la mayor dicha,
la mayor fortuna, el esperado momento.Y es así como la humanidad está dividida.
Y creemos que por no ser capaces de crear al Dios estamos mejor que el otro.
Y quien es capaz de crear al Dios está literalmente perdido
y una forma de ser un tanto reprobable.
Y nadie culpa, porque quienes primero llegaron,
quienes primero crearon al Dios creyeron que era así.¿Es que cómo podría ser de otra forma?
Cuánto hemos experimentado, ¿verdad?
Y entonces hay quien prefiere creer que no cree
porque en qué o en quién habría que creer.
Si el hombre cada vez se siente mejor humanizando al humano
y resistiendo a lo Divino que es.

Si tan solo supieran lo que es obtener esa forma interna de Paz consumada,
en la que básicamente no existe nada ni nadie, ni Dios ni hombre,
ni humano ni divino, ni creencia ninguna;
tan solo una certeza si se quiere básica e innata de una fuerza,
una fórmula, una energía.

Definitivamente algo no posible de narrar ni de escribir.
Que de cierta forma existe y que no es más que lo que crea, sea lo que sea.
Y que es tan solo eso lo que en cierto momento, en este tu tiempo, te permite creer.
Si estás ahí, si has estado ahí, si anhelas estar ahí, siéntete en dicha.
No existe nada más.

Om Namaha Shivaya