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TODO HA CAMBIADO

30 de Noviembre de 2012

Me gustaría preguntarte hoy algo.
Y tiene que ver con todo esto que se siente
¿O me dirás que no lo sientes tú?
Es como si cada vez más se fuese alterando algo.
Algo, en alguna parte, que podría ser incluso en ti o en mi.
Y no creas que te estoy hablando de algo siniestro.
Va más bien por todo eso que hemos debido aceptar hasta hoy
y es lo que nos ha producido este despertar de conciencia.
Y es que habíamos querido saber, todo tenía que descubrirse.
Hay, por supuesto,
quien se ha mantenido en su temor.
Pero quien quiso saber más y despertó,
y experimentó y se instruyó desde sí mismo,
ya sabe todo lo que pasó,
lo que está pasando y lo que pasará.
Y es lo que te decía:
Tanto, tanto llega a abrumar, a abrumarnos.
Y terminamos preguntándonos una y otra vez:
¿Qué es esto? ¿Quiénes somos?
¿Quién está a tu lado? ¿Qué quiere?
¿Qué espera? ¿Qué busca?
Lo mismo que te preguntas tú.
Y hemos ido borrando incertidumbres,
aprendiendo de lo que somos,
de lo que hemos hecho, de lo que hemos querido.
Y hemos desechado los dogmas,
afinado las creencias.
Y te sigues preguntando
¿Quién soy? ¿Qué tengo? ¿Qué quiero?
Cuando alguna vez pensaste ya que eso lo sabías.
Y es que tiene que ser así.
Todo se ha movido.
Y no ibas a pensar que serías la excepción.
Todo ha cambiado.
No podrías haber pensado que eras la excepción.
Y lo que siempre sería bueno es que te preguntases:
¿para qué he cambiado? ¿Ante quién? ¿por quién?
Y es que había que cambiar. Y te diré que siempre.
Y es como si nos acosaran
– y tengo que corregir-
es como si te acosaras.
Y para no sentir eso, para no sentirse así, en acoso,
tendrías tanto que revisar.
Y en cierta forma lo hemos hecho, en conjunto, una y otra vez.
Y nos hemos dado todas las respuestas.
Y todo para quedarnos así, para llegar aquí.
En cierta forma tienes que sentir
y aceptar la bendición de saber y querer sentirte así,
que ya no se trata de una inquietud, de algo que te descoloque,
ni es ampliamente una urgencia.
Que si no fueras quien fueras, entrarías en desespero.
Pero con todo lo que eres, te has mantenido habitante, expectante de ti.
Y has sabido y has querido saber quién eres.
Y también te puedo confesar cómo cuesta,
incluso cómo puede pesar o mejor,
cómo hemos tenido que sostener al Dios.
Y es ahí cuando tienes que experimentar el Gozo,
la virtud, la belleza, la Paz, la Luz y el Amor.
Entiéndelo bien:
Hemos llegado.
Ya no repares en fechas previstas, el día crucial ni el Sol preciso.
Tan sólo trata de estabilizar tu Ser,
de mantenerte, de confiar más y, finalmente, de entregarte.
Como te he dicho, entre la más hermosa rendición ante ti mismo,
date fuerzas. Dame fuerzas.
Quedémonos así:
Contemplándonos.
Abarcando todo con este Amor.
Respira, como siempre, siendo tú.
No queda más nada.

Om Namaha Shivaya

Mataji Shaktiananda

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