Mi Amor: Babaji
14 de Febrero de 2016
Los respiros habían arrojado lo que contienen: más de uno mismo. Terminada la sesión de renacimiento se entra en una calma extraña porque no se sabe si se ha vivido más, o menos; si se ha recreado el pasado; abandonado en algún momento el presente o si se ha habitado, de repente, el futuro. No se sabe. No existe linealidad ni visible ni tangible, sólo eso, respirarse a uno mismo sin especulación posible. No sería el juego. Pareciera que todo es verdad. El respiro no especula, ni se hace vida ni muerte, ni sueño ni ensueño. Se experimenta alguna realidad-verdad propia, alojada en alguna parte del espacio-tiempo interno.
Allí fue la primera vez que lo vi. No sabía que la renacedora desplegaba sus instrumentos de asistencia, lo supe cuando me incorporé y atiné a mirar justo antes de que guardara una imagen que había colocado a cierta distancia de mi chacra corona.
_¿Quién es ese rastafari?-inquirí como pregunta delatando mi ignorancia.
_Ah…un maestro de la India, bueno es un Avatar. Le dicen Babaji. Este es el de Haidakhan.
_¿Pero está vivo? No, ya se fue, hace tiempo. Pero siempre lo traigo conmigo porque siento que me guía en los renacimientos. ¿Me prestas?-le pedí – y sostuve la imagen entre mis manos para sólo sentir que ese Babaji existía en mi de alguna forma, que era tan cercano como desconocido. Sobrada en intenciones y sensaciones exclamé: este tipo es el amor de mi vida. No sé, un novio de tantos… pero el único, de esos entrañables.
_“No creo… no sería por ahí el asunto”- me contestó paciente y compasivamente.
“Es el amor de mi vida” -me dije entonces, sin poder callar mi ignorancia sobre él, sobre mi.
En ese tiempo no estaba desarrollada como hoy la red y conseguir información de Babaji se hacía difícil. La misma renacedora me ayudó con lo que sabía y me acercó a los libros de Leonard Orr, Sondra Ray y toda esa gente que había conocido y experimentado junto al Babaji de Haidakhan.
Así, comenzó el romance de luz y amor, más eterno, sincero, leal y perfecto que ser alguno puede vivir en existencia dada. Así, tan cursi como suena y tan real como es.
Cuando un día como hoy, ese Babaji de Haidakhan decidió hacer su mahasamadhi y se despidió después de catorce años de vida visible y humana, en un cuerpo que dejó rastro y conciencia de su existencia, es que un 14 de febrero tiene razón y contenido en mi.
Después vino la otra historia, con otra cualidad de amor: mi unión con Victor Mayo. Exactamente un día como hoy. ¿Cursi también no? Por las mismas instancias que Babaji movió sus estrategias para que a luz de los tiempos, de más luz, por supuesto, ya como Shaktiananda revelada en mi ser y él como Shivananda expandiéramos lo que en realidades -bien lejanas de tribulaciones humanas mortales- pudiera desarrollarse como un plan mayor. Eso somos, en eso estamos y seguimos.
Esta es mi humilde historia de amor. La cuento porque el amor puro, consciente, posible, desconocido por muchos, resiste todo. Hasta a uno mismo. Me amo toda. Lo amo todo. Y amo todo de todos. No es decir alegremente: amo a todos, mientras muchos de esos todos no saben ni lo que el amor es, ni mucho menos amarse a si mismo. Basta de engañarnos. Hay que transcender de una buena vez el falso entendimiento humano del amor más básico, más elemental, cosntruido conceptualmente, extraido de libritos de autoayuda, de citas tan ajenas como extemporales o de poemas anodinos de ¿poetas? que no se han leido ni el alma. A ver… el amor es Uno, nunca igual ni el mismo.
Y sé también -porque lo he escuchado- que “hay amores que matan” y también sé que existen otros tantos que inhiben, que restan, que golpean, que dañan, que desconocen, que ofenden, que fingen, que niegan, que ocultan, que manipulan, que mienten, que distorsionan, que desgastan, que envidian, que celan, que encubren, que son malos cómplices, que desconocen lo que el Amor es.
Que nos perdone el Amor, ni el temor, ni el rencor, ni el odio perdonan, también lo sé.
Sólo eso.
Amor siempre,
Shakt¡
Verdad, Simplicidad y Amor.
Haidakhan Babaji
Om Namaha Shivaya
Mataji Shaktiananda

0 comentarios