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Cuando en «el aquí y el ahora» y «el todo y la nada» son lugares nada comunes.

10 de Junio de 2015

«Dios y la Humanidad no han basado su causa en Nada, en nada que no sea ellos mismos. Yo basaré, pues, mi causa en Mí; soy como Dios, la negación de todo lo demás, soy para mi Todo, soy el Único. Si Dios y la Humanidad son poderosos con lo que poseen, hasta el punto de que para ellos mismos Todo está en Todo, Yo advierto que a mí me falta mucho menos todavía y que no tengo que quejarme de mi vacío. Yo no soy Nada, en el sentido de vacío; pero soy la Nada creadora, la Nada de la que mi Yo creador lo crea Todo».

El único y su propiedad- Max Stirner (1845)

No es lo que mostramos, ni cómo, ni siquiera lo que vemos o decimos. Tampoco lo que hacemos y cómo lo percibimos, nosotros, ustedes, desde lo que saben o pueden proyectar en nosotros o en ustedes mismos. Es lo que Es. Lo que se siente, que pareciera ser lo único posible. Una sola cosa. Una sola sensación. Un único sentimiento. Lo único.

Estamos de pie en un planeta único. Creando una realidad imposible o posible, aquí y ahora, además dentro de otra y de otra y así. Alcanzado la propia. Creándola. La única.

Este nuevo viaje a La India nos lleva ya tan adentro que el vértigo hiela pese a las altas temperaturas en un verano, como resiente el mundo desde hace un tiempo ya, seco y extendido. Lo mínimo han sido 40 grados. El sopor golpea como ráfaga inofensiva. Por esta vuelta a Benarés, Varanasi, la ciudad más antigua, amada y eterna morada del Señor Shiva. La única.

Y los pasos siguen abriendo y creando el camino a lo eterno, desde donde se viene y hacia donde se va. Cada piedra de estos caminos es transitable, cada ladrillo de estos muros resulta perpetrable, tornándose en difuminada realidad espiritual. Cada pira consume, quema, abrasa, extingue y se transciende. En cuerpo y alma. Las aguas del Ganges empapan aunque sus gotas no nos permean. Este camino es interminable, extenso en su bondad y manifiesto. Tanto que hoy refleja tantos otros, simples filamentos de un crisol único. El eterno camino. El único.

El amanecer -nunca el mismo- abastece de luz. Ya no existe creencia. Se cree. Ya no existe pasado. El presente es. Ya no queda más que seguir. Siempre. Lo único, Es.

Resistirse hoy a las redes sociales como medio de comunicar todo esto podría ser una tontería. Me siento tonta entre lo real y lo virtual y lo que existe más acá o más allá de todo esto. ¿Depositar en lo virtual lo sentido? ¿Cierto que adquirir la forma y costumbre queda como el riesgo? ¿Y quién desconoce, evade o rechaza? ¿Cuántos somos y estamos inmersos en estos espacios del tiempo real-virtual creando la realidad propuesta? ¿Cómo se cubre hoy la distancia, las diferencias, los acuerdos, lo propio y lo ajeno?

Y sólo la constante del Uno con todas sus propiedades, tal y como Max Stirner visionó deja que el hombre experimente su ser y el Ser se experimente en el hombre. Lo único.

Nada, que estamos caminando. El sentir: hemos avanzado y seguimos.

Om Namaha Shivaya

Mataji Shaktiananda

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