¿QUÉ VINISTE A HACER EN EL MUNDO DE LA ACCIÓN?

1 de Junio de 2012

Quien atiende, debe responder.
Quien intuye, saber. Debe actuar.
No es momento para quedarse rezagado, evitando.
El asunto es que siempre debimos de haber atendido, de haber respondido,
de haber intuido, de haber sabido, de actuar.
Entonces, imagínate dónde estamos.
Si ni siquiera te has atrevido a saber quién eres.
Y dígame aquellos que esperan. ¿Qué esperan, qué o a quién?
Ya hay poco o nada que esperar.
Hemos estado casi que vagando, detenidos, dejando que sean otros quienes actúen.
Nadie dice que es tarea fácil, pero es lo que hay que hacer.
¿O qué crees que viniste a hacer al mundo de la acción?
¿Dormir acaso, rezagarte, detenerte y, lo que es peor, negarte?
Nadie dice tampoco que todo estuvo siempre demasiado claro.
Si hubo hasta contradicciones, falsa verdad, incluso desprestigio.
El mismo Hombre se atrevió a desprestigiarse.
Y si no lo sabes y si no lo crees, pregunta.
Pregúntale a alguien que entregó su vida por ti, sin declararte en culpa.
Entonces, pregúntate por cuánto tiempo más vas a desatender.
¿O pretendes seguirte excusando entre lo que ha sido esta confusión,
esta simulación de creencias, esta fabricación de Fe,
estos conflictos por cualquier convicción?
Si todo eso pasó y todavía no cuentas con convicción ninguna,
¿Qué crees que tendría que pasar?
Y vuelvo. ¿Qué estás esperando de qué o de quién?
No esperes nada, no esperes a nadie.
Actúa ya.
Sé en ti.
Respóndete.
Atiende en todo.