ADVERTIR TU SER

15 de Junio de 2012

Nuestro encuentro debes considerarlo
y reconsiderarlo las veces que puedas.
Créeme.
Y deberías tomarlo más que como una bendición,
que es casi siempre así como lo toman,
deberías considerarlo como una advertencia.
Sobre todo para que puedas advertir tu Ser,
considerar esa parte Maestra que tienes y, te digo más, que no has sabido ejercer.
Hay quien cree que así lo hace. Y ni te imaginas cuántos.
Y entonces, vas ahí de un lado para el otro postrándote, adorando,
esperando a quienes ni siquiera saben quiénes son.
Y, lo que puede ser peor, que esperan de ti.
¿Cómo esperas que desde mí recibas lo que eres ante tu duda, tu inconstancia, tu errada referencia, tu desobediencia y tu deslealtad?
¿Cómo podrías entender, comprender, interiorizar entonces lo que tu Maestro es, tú como maestro?
Y la advertencia va por hacerte ver, por mostrarte la capacidad que existe, que tenemos,
que podríamos ejercer desde la Verdad misma, la propia.
Y no la que se dice, sino la que se cumple, la que se Es.
Porque como ves, las verdades están dichas, pero ¿quiénes lo son?
Por eso quiero que entiendas siempre quién soy ante ti,
qué vine a hacer aquí, cómo se producen estos ejercicios de Fe, de Luz,
de Amor para que puedas darte cuenta
de la inmensa posibilidad que tienes de elevarte,
de corresponderte, de manifestarte, de Ser.
Ya te lo he dicho, no busques en mí lo que crees no contener.
Mantente en prudencia registrando tus confusiones,
evitando el dolor y realizándote en constancia, en disciplina, en voluntad
y en esa capacidad que tenemos todos de concebir el Amor.
Créeme.
Y perdona que te lo pida, pero es más tu necesidad que la mía.
Ya yo me creí y eso es lo que me vale.
Acércate a tu Ser.
Refuérzalo con tu Verdad.
Hazte constante y sé en el Amor.