APRENDER A SENTIR

9 de Marzo de 2012

Medita un poco más, relájate, sostén bien tu respiración y me dirás:
¿voy entendiendo bien Shakti ?
y te diré: ¿entendiendo qué?
y tal vez te atrevas a decir: entendiendo todo.
Y te diré ¿todo de qué o de quién?
Porque si vas entendiendo no vamos bien.
En verdad nada habría que entender, nada tendrías que entender,
el asunto hoy aquí como siempre es saber sentir,
entonces si me dijeras: “ya estoy sintiendo”, iríamos bien.
Creo que si algo me ha agotado es tu forma de creer,
es lo que te empeñas en creer y más si lo que tratas es creer en mí.
Sé que en estos tiempos hay que actuar un poco así con excesiva cautela,
ciertamente hay mucho de que cuidarse, hay bastante que resguardar.
Hemos venido traicionándonos tanto y eso ha venido pasando
porque hemos perdido el sentido de sentir
y me preguntarás: ¿qué debo sentir?
y que difícil es tener que explicar siempre todo,
tener que darte una respuesta ante ti de ti.
Es por eso que hemos agotado los caminos puros
es como si se hubiesen ido desvaneciendo ante nuestra duda,
nuestras pérdidas de nosotros mismos
y vemos que lo que hoy existe es tanto de lo mismo
que ¿cómo podríamos aprender a sentir,
a abandonar lo que creemos tenemos que saber?
Hemos agotado todas nuestras filosofías,
hemos aniquilado nuestras creencias,
hemos hecho que lo que de divino tenemos
sea restado ante todos nuestros actos humanos
que han sido muchos y por tanto tiempo.
Es por eso hoy, como te lo he dicho, cuando el tiempo no es,
hay que apelar a lo que finalmente sientes
y no es que te pido que no te atrevas a pensar,
el asunto es que ningún pensamiento se imponga
ante lo que sientes porque lo que sientes es y lo que piensas no.
Habrá quien te diga: “¿es acaso un dominio?
alguien quiere invalidar tu razones,
alguien quiere incapacitarte”
y si de alguna forma eres,
sabrás que lo único propio, lo que verdaderamente sujeta
y no es que domine, más bien ordena,
es tu sentir
y Ay de aquellos que no operen así,
que los gobierna su razón, sus deseos,
y anulan lo que verdaderamente sienten.
Así que siempre la convocatoria, la instrucción,
el ofrecimiento y la comunión sea para que podamos sentirnos,
regalarnos eso, lo que valientemente puedes llegar a sentir
es solo eso, no hay nada más.