LA MENTE: LLEVARLA A LA NO-EXISTENCIA

24 de Febrero de 2012

Tienes que empezar a amar el silencio.
El silencio a algunos inquieta.
Es como si no pudiéramos dejar de oír, de escuchar algo.
Y sabrás que lo que más ruido hace es tu mente.
Y te digo más: eso es realmente el ruido.
Casi todo lo demás son sonidos.
Ya habrás entendido que respirando puedes controlarla,
ayudarte a que todo eso que agita se vaya diluyendo.
Y no creas que es solamente el controlarla,
ni siquiera eso permite.
Te hace creer que la controlas y no es así, sigue inquieta.
Y no creas que se trata de algo inútil, no lo es.
Tampoco de algo que sólo está, que sólo existe para impedirte algo.
Es un reducto, tu mente es un reducto de todo lo que eres.
Y no podrías existir si no estuviera allí, contigo, en ti.
¿Cómo se le trata? ¿Qué se hace con ella?
¿Cómo se le trabaja? ¿Hacia dónde?
Y algo que aunque suene mal es la verdad, tienes que usarla.
¿Usarla para qué?
Para que no exista, para llevarla a la no existencia,
que no es matarla, menos suprimirla, tampoco desconsiderarla ni inhibirla.
Es hacerle saber que aunque es usada no te sirve para Ser,
Que sólo existe por que tú creías que no eras,
Pero ahora que puedes y sabes saber quién eres, qué eres,
que no pretenda nada.
¿Vas entendiendo?
Tu recurso, el mayor de tus recursos, es respirarle, oxigenarla;
Intercambiar sus vacios por tu Verdad;
desconfigurar su dolor por tu Amor.
Porque finalmente ella también quiere, necesita y pide liberarse.
Sería la única forma de trascender.
Entonces trabaja, actúa, obra para eso.
Porque tu conciencia jamás ha residido allí,
no habita ahí, no está ahí.
¿Vas entendiendo?
Así que ve nutriéndote,
ve nutriéndola de lo que ya sabes Es.