ACTITUD BABAJI
Babaji–Babaji—Babaji… nos atrevimos a pronunciar bajito, muy bajito, siguiendo la recomendación que se daba en aquella frase: «; Si se pronuncia con reverencia el nombre de Babaji», dijo Lahiri Mahasaya, «el devoto atrae una bendición espiritual insiantánea!».(1)
De ojos cerrados, una y otra vez, nos dispusimos a atraer con esa vibración, esa clave, esa llave, lo que fuera… lo que Babaji fuera. Cualquier cosa…. lo que podríamos imaginar y lo que no también, ante lo narrado en un capítulo que resplandece en medio de todo aquella confesión yógica de encuentro propio y coraje espiritual. Hoy cuando la bendición existe y presente está, sólo ha quedado rendirse.
En qué consiste esa bendición, cada uno tendrá su experiencia a cuestas, de nada valdría ofrecer la propia, ante todo lo que finalmente llega a ser esta energía en tantos. Resultaría complicamos dentro de una comunión que se da tan simple y que, finalmente llega, a quien sea, donde sea y como sea.
Es entonces cuando cada uno de los «bendecidos» asume una «actitud» que me atrevería a llevarla a más: una «ACTITUD BABAJI», y aquí si puedo asegurar que se trata de un «toque», una «fuerza», una «presencia» que acompaña, nutre relaja, conduce y finalmente enamora, pera de ese «amor» que genera, crea, y se siente de repente corno inédito, no se parece a nada ni a nadie, conocido o desconocido.
Básicamente, trato de decir que esa suerte de conjuro cósmico que refinó Mahasaya, si se da en íntima pronunciación, opera como un «milagro bendito’ de transformación. Así se crea o no en milagros, se crea o no en Babaji, se sea devoto o no, se crea o no. Ya los credos comunes se han desvencijado, todo credo se niega a ser uno, es por eso que los mismos credos se han vencido y el hombre es su credo, y lo que se llama dios ya cree sólo en eso, ॐ
(1) Autobiografía de un Yogui. Paramahansa Yogananda. Cap 33
0 comentarios